Si quieres aprender a escribir, es especialmente importante que cultives la implicación y el disfrute, pues son los dos elementos que garantizan un aprendizaje eficaz, especialmente en una primera etapa.
Todos sabemos que la primera fase de cualquier aprendizaje tiene mucho de reto y de superación de obstáculos. Te sientes como un bebé torpe al que se le caen las cosas al suelo cuando trata de apresarlas entre sus dedos. Todavía no sabes usar las herramientas, y hay mucho contraste entre la idea previa que tienes de lo que deseas hacer y el resultado obtenido.
Es decir, has de dar por sentado que, en la primera fase, sentirás mucha frustración, y que si no logras contrarrestarla, será muy fácil que acabes tirando la toalla. Bueno, pues los dos antídotos que yo te propongo para la frustración son la implicación y el disfrute.
En la escritura, como en la vida, la única forma de aprender es equivocándote una y otra Clic para tuitear
¿Por qué implicarte?
La implicación tiene que ver con el cumplimiento de un propósito. Si tienes el objetivo de aprender, no quieres desentenderte de lo que te está ocurriendo, aunque te resulte frustrante. La única forma de aprender es equivocándote una y otra vez, así que empiezas a ver el error como un amigo que te va señalando el camino por el que avanzar.
La implicación también tiene que ver con querer hacerlo lo mejor posible. Aunque sepas que no te va a salir perfecto, te atreves a meterte en el charco y a mancharte de barro. No escribes cualquier cosa para salir del paso. Escribes algo que te importa, que te interesa, en lo que sientes que te estás jugando algo. Echas la carne en el asador, aun a riesgo de que se chamusque.
La implicación está unida a la curiosidad, que también funciona como antídoto contra la frustración y la ansiedad. Clic para tuitear
Por otra parte, dentro de la implicación entraría el adquirir cierto compromiso contigo mismo, tener la disciplina de sentarte a escribir, abrir los huecos necesarios para ello en tu día a día y poner la atención en ello sin distraerte, al menos hasta que el hábito esté establecido y ya no necesites hacer un esfuerzo de voluntad.
Por último, la implicación está unida a la curiosidad, que también funciona como antídoto contra la frustración y la ansiedad. El espíritu humano es curioso por naturaleza. Y cuando miras algo (aunque sea desagradable) con curiosidad, el proceso se vuelve de repente luminoso. Incluso la muerte, vivida con curiosidad, no parece tan horrible. La curiosidad también te hace buscar soluciones nuevas, experimentar, indagar, no quedarte en tu zona de confort.
Así que te recomiendo que, si quieres escribir, te impliques en el camino del aprendizaje desde el comienzo, sabiendo que es un camino y que irás pasando por diferentes fases. Piensa que todo escritor (por afamado y experimentado que sea) ha pasado necesariamente por la fase en la que tú estás. Y que si ha llegado al lugar en el que está es por su tenacidad e implicación en cada momento de la travesía.
No puedes CREAR por obligación. La creatividad implica relajación, juego, imaginación y libertad. Clic para tuitear
¿Por qué es importante disfrutar para aprender?
En cuanto a la segunda actitud que has de cultivar en la primera fase del aprendizaje de la escritura, es la del disfrute.
Si algo he comprobado en mi experiencia como profesora de creación literaria, es que si en esta primera etapa del aprendizaje te tomas la escritura como una dura tarea o como una obligación, será muy difícil que tengas la perseverancia necesaria para seguir adelante.
Puedes ir al supermercado o limpiar la casa por obligación, pero no puedes CREAR por obligación. La creatividad implica relajación, juego, imaginación y libertad. Y ni la relajación, ni el juego, ni la imaginación, ni la libertad pueden surgir del campo de la exigencia y del deber. Pero es que, además, la razón profunda por la que deseamos escribir tiene que ver con todo esto. Escribes para sentirte libre, para acercarte a tu esencia y a tu autenticidad.
Por eso, si no disfrutas escribiendo, sentirás indefectiblemente que esta actividad carece de sentido, y tarde o temprano la abandonarás. Con esto no quiero decir que te tengas que imponer el disfrute como una obligación más (nótese la paradoja). Quiero decir que puedes (y debes) aplicar la disciplina para adquirir el hábito de escribir, sacar un hueco diario o semanal para hacerlo, etc. Pero, una vez que te sientes, relájate. El papel en blanco es tu habitación de juegos, y has de sumergirte en ella como un niño ilusionado jugando a los exploradores.
Para disfrutar, hay dos aspectos que has de manejar con cautela:
- El crítico interno. Para escribir necesitamos de la autocrítica, qué duda cabe, porque sin ella seríamos incapaces de tener un criterio fiable para revisar nuestras historias e ir mejorando en el camino del aprendizaje. No obstante, hemos de mantener a raya a nuestro crítico mientras estamos escribiendo el primer borrador. Para ello, podemos decirle muy amablemente que lo necesitamos para nuestro trabajo, pero no en ese momento. Mientras escribes, mándalo a dar un paseo y dile que vuelva después, a la hora de revisar. No necesitas ser perfeccionista en el momento de la creación, sino dejar paso a la creatividad y dejarte llevar por ella.
- La técnica. Podemos llamar «técnica» a la caja de herramientas que todo escritor ha de aprender a usar, igual que el músico tiene que aprender a desenvolverse con el pentagrama, el solfeo, la armonía, el ritmo, el instrumento, etc. No obstante, si bien es algo que hay que aprender y practicar, no has de dejar que la técnica ahogue tu creatividad. Para ello, conviene que hagas como con el crítico interno: déjala para otro momento. Puedes dedicarte a estudiar teoría antes de ponerte a escribir, y también puedes repasarla para afrontar la revisión. Pero durante la creación, olvídate de ella. Aquellas cuestiones que tengas asimiladas, las usarás; y las que no, pues se quedarán en la caja de herramientas para más adelante. Pero no te obsesiones ni trates de aplicar con el intelecto aquello que aún no tengas integrado.
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Si cuidas estas dos actitudes en la primera fase de tu aprendizaje de la escritura, tienes muchas posibilidades de atravesar la frustración que la caracteriza y alcanzar la segunda etapa, que no te voy a decir cuál es, porque no conviene saber mucho de ella hasta haber pasado la primera. Pero lo importante es que sepas que la primera no te la puedes saltar (ningún escritor en el mundo se la ha saltado), pero que no es eterna.
Y precisamente porque no se va a volver a repetir, porque solo hay una primera vez, te sugiero que aproveches todas las maravillas de la selva en la que te vas a internar jugando a los exploradores. Déjate sorprender y mantente abierto, atento y permeable en cada momento, para que la trascendencia vaya abriendo su camino en ti.
7 comentarios en «2 consejos en el aprendizaje de la escritura: implicación + disfrute»
Hola Isabel,
Magnífico tu post sobre los 2 consejos en el aprendizaje de la escritura: implicación + disfrute.
Coincido en todo y estoy de acuerdo con todo.
Muchas gracias Isabel.
Abrazo fuerte.
Interesante Isabel, es dejarse llevar en el primer momento luego el repaso se me hace mas duro jaja.
gracias por tu aporte
¡Buen post!, Isabel.
En mi caso el disfrute es mi niña interior preguntándome ¿jugamos?. Y la implicación soy yo dejándome llevar de forma voluntaria.
Sin embargo, hubo una etapa en la que me visitaba un pajarraco negro que con sus graznidos de perfeccionismo intentaba aguarme la fiesta, pero por suerte , con vuestra ayuda pude espantarlo y seguí disfrutando del juego de aprender escribiendo.
Un abrazo
Gracias, Isa. Me lo apunto todo, a ver si va calando, poco a poco, a mi ritmo caracol.
Un fuerte abrazo
Hola Isa. Qué bien lo explicas todo y cómo se te entiende cada una de las palabras que usas. A mí el escribir me lleva como a un paraíso que quizá no conozco pero me dejo estar disfrutando de sus riachuelos cristalinos, sus árboles llenos de hojas de diferentes tonos de verde y colores que en otoño se tornan caprichosos. Como si esa fuera la última alternativa que tienen de cumplir sus sueños e ilusiones.
El escribir me supone un reto de superación de obstáculos pero también de implicación y disfrute.
Solo soy terca cuando se trata de la escritura. Soy capaz de repetir y repetir un texto hasta que queda a mi gusto y al tuyo.
Escribir es, como dices, echar toda la carne en el asador y hasta que no que queda suave y melosa no cejamos en el empeño.
Sabemos que error tras error se aprende. y de verdad que a veces es duro ese aprendizaje. Nunca hay que perder la ilusión.
Un gran abrazo para ti de tu incondicional alumna , Matilde
Buenos días,hoy empiezo con vosotros,está muy bien todos los comentarios,yo tengo un problema que no se utilizar correctamente la caja de herramientas y me pierdo cortantemente,llevo un tiempo enfrentándose a tres páginas en blanco,aveces termino y otras no y no se cómo seguir.
Estoy de acuerdo contigo en casi todo, menos en lo de la primera vez…. Creo que cada vez puede ser la primera… Todo depende de la actitud.