
Algo diminuto, pero que no puedes ignorar XIX
Pelear por permanecer dormida o despertar. Escuchar tu nombre y no querer oírlo. Sentir el profundo alivio cuando todo el mundo te dice que has tenido mucha suerte. Ver a tu hijos como si hiciera siglos que no los has visto y engancharse de sus brazos antes de volver a salir al mundo de los adultos.