

El tema y la unidad de sentido
La frase de «El principito» es la clave para entender cómo se configuran el tema y la unidad de sentido de un texto. ¿Recuerdas? Continúa leyendo este artículo para aprender de los maestros de la literatura mundial.
La frase de «El principito» es la clave para entender cómo se configuran el tema y la unidad de sentido de un texto. ¿Recuerdas? Continúa leyendo este artículo para aprender de los maestros de la literatura mundial.
¿Por qué es tan importante que narres en concreto? ¿Y cómo hacerlo? Lo abstracto no es ni bueno ni malo, es simplemente menos profundo y transcendente en un texto porque no deja espacio a la satisfacción de interpretar y aprender de ello al lector.
El agotamiento y la tristeza pueden tener que ver con el proceso de duelo con cáncer que estoy sufriendo, o puede ser que no. Puede que todo por lo que estoy pasando ahora, sea debido al Karma, o puede que sea una cura de humildad, o ninguna de las dos.
Hoy toca ir a la consulta de la doctora B y para ello habré de cruzar un puente ahuyentando mi vértigo y susurrando esa superstición infantil de que si lo cruzas habrás salido airosa de esta batalla del cáncer. La doctora B y su consulta son verdaderamente como cruzar al otro lado, acompáñame y te cuento de donde y cómo se llega.
Te das cuenta a tiempo real de cómo se fragua el odio: al delegar en otro tu valía, estás destinada a caer al abismo de la anulación por decisión ajena; y, por supuesto, el siguiente paso es echar la culpa al desaprensivo que te lo ha arrebatado todo.
La pérdida de tu amor verdadero, tener que decirle a tus hijos el resultado de la biopsia y la terapeuta de los colores, todo y nada a la vez en este nuevo episodio de lo diminuto.
Sólo dos días me separan de la siguiente sentencia, esa que decidirá el grado de la pena que he de pagar por albergar un asesino en mi interior, sin tan siquiera yo saberlo.
Logan me comunicó enseguida lo que sí y lo que no le parecía bien. El hijo de mi amiga tiene siete meses y no habla pero tiene su propia voz para expresar lo que le gusta y lo que quiere. Lo mismo me pasa a mi cuando escribo.
Una de las mayores fuentes de bloqueo al escribir es el miedo al «qué dirán», una especie de pudor que te invade al pensar que las personas que te lean van a ver tus interioridades y te van a juzgar, algo ante lo que sientes un rechazo instintivo. Este bloqueo se puede ver incrementado si piensas que es tu marido o tu esposa quien leerá lo que escribas, o tus hijos o hijas, o tus padres, hermanos, o esa prima que te mira por encima del hombro… Pensar este tipo de cosas no te ayuda en absoluto.
Que tu cirujana quiera conocerte en persona antes de nada, o de todo. Que tu historia de AMOR necesite aire para seguir siendo eso, AMOR con mayúsculas. Que encuentres el equilibrio entre la medicina tradicional y los tratamientos complementario y veas la diferencia, todo esto y la sensación de que en cualquier momento tus trenes pueden descarrillar, se corresponden con este nuevo capítulo de mi historia de lo diminuto.
La frase de «El principito» es la clave para entender cómo se configuran el tema y la unidad de sentido de un texto. ¿Recuerdas? Continúa leyendo este artículo para aprender de los maestros de la literatura mundial.
¿Por qué es tan importante que narres en concreto? ¿Y cómo hacerlo? Lo abstracto no es ni bueno ni malo, es simplemente menos profundo y transcendente en un texto porque no deja espacio a la satisfacción de interpretar y aprender de ello al lector.
El agotamiento y la tristeza pueden tener que ver con el proceso de duelo con cáncer que estoy sufriendo, o puede ser que no. Puede que todo por lo que estoy pasando ahora, sea debido al Karma, o puede que sea una cura de humildad, o ninguna de las dos.
Hoy toca ir a la consulta de la doctora B y para ello habré de cruzar un puente ahuyentando mi vértigo y susurrando esa superstición infantil de que si lo cruzas habrás salido airosa de esta batalla del cáncer. La doctora B y su consulta son verdaderamente como cruzar al otro lado, acompáñame y te cuento de donde y cómo se llega.
Te das cuenta a tiempo real de cómo se fragua el odio: al delegar en otro tu valía, estás destinada a caer al abismo de la anulación por decisión ajena; y, por supuesto, el siguiente paso es echar la culpa al desaprensivo que te lo ha arrebatado todo.
La pérdida de tu amor verdadero, tener que decirle a tus hijos el resultado de la biopsia y la terapeuta de los colores, todo y nada a la vez en este nuevo episodio de lo diminuto.
Sólo dos días me separan de la siguiente sentencia, esa que decidirá el grado de la pena que he de pagar por albergar un asesino en mi interior, sin tan siquiera yo saberlo.
Logan me comunicó enseguida lo que sí y lo que no le parecía bien. El hijo de mi amiga tiene siete meses y no habla pero tiene su propia voz para expresar lo que le gusta y lo que quiere. Lo mismo me pasa a mi cuando escribo.
Una de las mayores fuentes de bloqueo al escribir es el miedo al «qué dirán», una especie de pudor que te invade al pensar que las personas que te lean van a ver tus interioridades y te van a juzgar, algo ante lo que sientes un rechazo instintivo. Este bloqueo se puede ver incrementado si piensas que es tu marido o tu esposa quien leerá lo que escribas, o tus hijos o hijas, o tus padres, hermanos, o esa prima que te mira por encima del hombro… Pensar este tipo de cosas no te ayuda en absoluto.
Que tu cirujana quiera conocerte en persona antes de nada, o de todo. Que tu historia de AMOR necesite aire para seguir siendo eso, AMOR con mayúsculas. Que encuentres el equilibrio entre la medicina tradicional y los tratamientos complementario y veas la diferencia, todo esto y la sensación de que en cualquier momento tus trenes pueden descarrillar, se corresponden con este nuevo capítulo de mi historia de lo diminuto.
Suscríbete ahora y recibe gratuitamente mi guía para escribir y meditar. Tendrás además acceso a artículos semanales sobre escritura, meditación y trabajo con las emociones, acceso a las meditaciones guiadas en directo y mensuales, así como a recursos para vivir con plenitud y sin autoengaños
Consigue ahora gratuitamente mi guía para Escribir y Meditar. Tendrás además acceso a artículos semanales sobre escritura, meditación y trabajo con las emociones, a las meditaciones guiadas mensuales, así como a recursos para vivir con plenitud y sin autoengaños. Suscríbete aquí: