Autora: Mercedes Adán
Reconozco que tengo muy mala memoria, así que el primer día del curso “Escribir desde el corazón” hago un esfuerzo por relacionar caras y nombres, y no lo consigo. En cambio, las miradas se me quedan grabadas porque son muy expresivas: de curiosidad, de asombro, varias de susto, y casi siempre, alguna con un poco de desconfianza. Todas prestan mucha atención.
He recorrido el mismo camino que ellos, así que lo reconozco bien. Llegué al mundo de escribir con Isa siendo una de esas miradas asustadas. También estaba muy ilusionada por atreverme y porque iba a contar historias que yo creía interesantes para los demás.
La idea que tenías de la buena literatura estaba más cerca del uso de la palabra culta para narrar «como un escritor», y resulta que es contar historias con sentido que agiten esa naturaleza profunda común que tenemos casi dormida. Share on X
Pronto mis ideas empezaron a desmoronarse porque eso que yo esperaba contar no salía tan fácil. Eso te desanima y rompe tus esquemas. En cambio, se va abriendo algo que no esperas y que no sabes bien cómo asimilar: tu escritura habla de ti y te habla a ti. «¡Ostras!». No sabes si esto es una buena noticia. Tú no venías a esto. Sientes cierto pudor. Lo que estás viendo en los demás te parece bien y muy bello: en sus historias aparecen grietas, sin que se den casi cuenta, en las que asoma lo que duele, lo que luce, las cosas de la vida. La idea que tenías de la buena literatura estaba más cerca del uso de la palabra culta para narrar «como un escritor», y resulta que es contar historias con sentido que agiten esa naturaleza profunda común que tenemos casi dormida. «Ostras —dices otra vez—. Pues no sé si quiero que me vean el plumero».
En ese punto alguno se plantea dejarlo. O disfrazarse: «Buena soy yo, voy a contar algo que no tenga nada que ver conmigo para que no noten mis dolores, ni mis fisuras, ni siquiera vean mi luz…, ni noten que me emociono por cualquier cosa». Y la profesora insiste en que no hay nada que pensar, que nada es erróneo ni está mal, hay que dejar que lo quiera salir, salga, y luego sí, usar las herramientas narrativas que estamos aprendiendo. «Joder, qué pesadas con eso de dejar salir; ¿cómo se hará?». Pues resulta que lo haces y te aligera y te hace sentir bien.
Entre tus compañeros, uno cuenta maravillosas historias de un pueblo y te quedas prendado con cada personaje, otra narra sobre las valientes mujeres de una familia y te emociona, otra cuenta terribles relaciones y empiezas a ver de otra manera las tuyas… Te apetece debatir y hacerte amiga de esa mujer, la confundes con su personaje y te preguntas si será así o no… También te preguntas si tú muestras un mundo interno y cuál es tu tema, porque el curso te ha hecho contar muchas historias que te importan y te conmueven por dentro, aunque lo hayas disimulado por fuera. Has hablado de la muerte y has creado historias mágicas o divertidas como aquella de una casa que se inunda y sale flotando un sofá en el que dormía la siesta tu protagonista. No sabes. Te cuesta verte. Entonces lees los comentarios que hacen tus compañeros a tus textos. ¡Qué de cosas te dicen! No sabes si creerlas. Igual lo dicen por decir. Pero cuando tú comentas a los demás no escribes por escribir. Intentas respetar, no juzgar, decir lo que te llega a ti y ser honesta. Así que, ¿por qué no creerlos? Nunca te habían dicho tantas cosas sobre ti y sobre tu escritura. Entre sus líneas sí ves tus dolores, tus fisuras, tu luz y lo que te emociona. «Joder», dices otra vez.
La técnica te hace probar los diferentes puntos de vista del narrador, experimentar sobre cómo transmitir el tiempo, concretar, ser natural y honesta, ir al tema que se trata todo el tiempo, hacer que avance el conflicto, abrirlo a… Share on X
A la vez, la técnica te hace probar los diferentes puntos de vista del narrador, experimentar sobre cómo transmitir el tiempo, concretar, ser natural y honesta, ir al tema que se trata todo el tiempo, hacer que avance el conflicto, abrirlo a nuevas soluciones… La técnica también da herramientas para la vida. Estas son algunas de las cosas que me han pasado como alumna y que veo que siguen pasando en el curso de Escribir desde el corazón.
Escribir hace que todo lo que pasa se convierta en algo natural, porque todo es material de escritura: la emoción da vida a los personajes, la acción salida a los conflictos, en la calle observas gestos, anotas frases, te quedas… Share on X
Ahora, como profesora, disfruto mucho de ver expresarse a cada grupo como si una pradera verde se llenara de flores de colores. Me emociona ver cómo se abren las intenciones de hacer de la escritura una compañera de vida: hay quien comprende que escribir le hace bien, quien quiere que una historia no se pierda, quien se da cuenta de que la creatividad es una fuente inagotable de descubrimientos, quien se escapa del tiempo, quien relativiza sus problemas e inventa para ellos salidas que no conocía… y alguno se asusta de su propio poder.
Cada grupo es una joya diferente, más uniforme, más diverso, un pequeño mundo en el que puedes probar a mostrarte, escuchar y valorar en un lugar seguro. En todos, hay un contagio de anhelos y deseos que hace al grupo muy poderoso.
Escribir hace que todo lo que pasa, sea lo que sea, se convierta en algo natural, porque todo es material de escritura: la emoción da vida a los personajes, la acción salida a los conflictos, en la calle observas gestos, anotas frases, te quedas silenciosa observando situaciones. Lo real es la mejor materia. Y dejar que las cosas pasen trae cambios. El mío ha sido que he evitado toda mi vida caer en la emocionalidad facilona, tanto, tanto, que no he llorado cosas que tenía llorar y he callado lo que debería haber dicho. La mirada de escritora me ha sacado de mi cabeza cuadrada que no quería dejarse conmover. Y veo que en clase las cabezas dejan de tener formas cuadradas y cogen la que les da la gana, cada uno desde su realidad.
Las miradas del último día del curso son parecidas a las del primer día, pero se han relajado, son más transparentes y trasmiten más emoción. Además, en ese momento, reconozco y sé cosas de cada uno que no contaría a nadie, primero porque lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas y, sobre todo, porque no son cosas que sepa por sus relatos, pero indirectamente me han contado mucho sobre su humanidad profunda. Y he creado un vínculo especial con cada uno.
Sé que en este curso se aprende a escribir desde el corazón, se amplía la percepción, se abre la mirada, (...), se toca el suelo con los pies. Descubres que escribir te coloca en tu lugar en el mundo. Share on X
Ahora me conmuevo muchas veces: con los relatos, con los alumnos, con las finas apreciaciones de Isa, con mi forma de estar abierta a aprender con lo que aparece. Sé que en este curso se aprende a escribir desde el corazón, se amplía la percepción, se abre la mirada, se ensancha el pecho, se levantan los hombros, se toca el suelo con los pies. Descubres que escribir te coloca en tu lugar en el mundo, que incorporas muchas cosas, incluido el cuerpo, que se levanta y se pone a escribir desde la coronilla a los pies, que lo que vale para escribir, sirve para vivir. Y eso es lo que creo que se lleva cada alumno: escribir desde el corazón es hacerse más humano a través de la escritura. Y compartirlo con los demás te convierte en escritor.
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Aún tienes la oportunidad de iniciarte en este maravilloso camino que es Escribir desde el corazón. Empezamos el miércoles 11 de enero de 2023 y queda alguna plaza. Si quieres apuntarte, escríbeme a través del formulario o a isabel@escribirymeditar.es y te cuento como puedes unirte.
24 comentarios en «Cómo descubrir tu mirada de escritor»
Qué bello y real Mer!! Cuanto me gusta pertenecer a eso tan tuyo. Y qué alegría haberte conocido!❤️
Ester, la alegría es mutua. Algo hay de ti en este escrito y de esas frases que a veces nos compartes. Y tu mirada, lo que se ha ampliado en el tiempo que estamos juntas… ¡Qué bonito acompañarte!
Hola, Mer, querida profesora 🙂 Qué maravilla de reflexión, qué justo, tierno y valiente.
Un besazo, guapa.
Marusela, qué bien nos hemos hecho en los grupos y cuánto nos hemos empujado…
Un beso muy, muy grande,
Mer
Estoy en el curso Romper el Hielo y tus palabras me han conmovido. Justo ayer entregué los ejercicios de la lección 3 y pensaba que me daba «susto» que mis compañeras e Isa me vieran de verdad. ¡Gracias por tu escrito! me ayuda a seguir descubriendo mi realidad y la de los demás y ha observar la vida con otra mirada.
Miriam, ¡qué precioso comentario! Da susto esa verdad. Luego te das cuentas que los demás están a sus cosas y que a la que te importa llegar a esa verdad es a ti. Es un camino complicado pero hay algo que te lleva sin remedio. Está lleno de pequeñas bellezas… y grandes también. Merece mucho la pena.
Pronto nos conocemos.
Un abrazo,
Mer
Bonita entrada. Yo que tuve durante años la costumbre de escribir diariamente mis sentimientos, a veces, al releer los cuadernos viejos me sorprendo de lo escrito. No del hecho en sí de mis sentimientos si no de la forma del escrito, me sorprendo de haber escrito algo tan bonito. Ahora, al escribir un relato y releerlos al tiempo, también alguno me sorprende. hata el punto, en ocasiones, de no acordarme de haberlo escrito.
Saludos
A mí me ha pasado en alguna ocasión.
Me dice que seguramente somos jueces muy duros de nosotros en el presente y también me viene una idea un poco extraña: esos que éramos parecen tan lejos o tan diferentes que creo que morimos con el paso del tiempo… Puede parecer un poco absurdo pero me reconcilia con la muerte pues también sigue la vida y aprende de ese movimiento. Gracias por contarme esto que me lleva a soltar este pensamiento tan surrealista 😉
Espero que hagas algo con esos bonitos relatos 😉
Un abrazo,
Mer
Hola, Mercedes, el artículo es precioso, pero ese final me lo voy a tatuar:
«…escribir desde el corazón es hacerse más humano a través de la escritura. Y compartirlo con los demás te convierte en escritor.»
Muchas gracias por compartirlo.
Un abrazo gordo
Jaime, ¡gracias! Con recordarlo es suficiente que los tatuajes deben de doler 😉 Acabo de terminar un curso en el que nos han dicho «No hay que mantenerse sano, hay que mantenerse humano». Pero esta más de moda el deporte que la ternura o aprender a manejarse en la incertidumbre o en el amor. Parece que eso se aprende solo y así andamos. Menos mal que nos queda la escritura…
Un fuerte abrazo,
Mer
Ohh Mercedes que bien explicado, como alumna me siento muy identificada, aunque yo tengo la cabeza no cuadrada si no de todas las formas porque no filtro mucho jajaj.
mi viaje con tigo es todo un placer porque nos haces sentir escritores.
gracias gracias gracias por todo lo que das
Almudena, qué bonito… Eres un espíritu muy libre y es un valor poco habitual. Es un gusto porque tu mirada es preciosa, pasas de algunas cosas y eliges muy bien las más emocionantes, a veces por tranquilas y a veces por revolucionarias. Vosotros sí que dais trabajando tanto y siendo tan perseverantes.
Un fuerte abrazo,
Mer
Qué preciosidad, Mer…cada frase, cada cosa q cuentas me llega profundamente. Me siento identificada en esa mirada curiosa y miedosa del primer día, en ese replantearme si seguir o no allá por la tercera sesión, cuando me di cuenta de q siempre estaba presente en mis escritos y me dio miedo quedarme desnuda delante de mis compañeros y de mi misma…,y esa mirada confiada y mucho más serena del último día, consciente ya del gran tesoro q había encontrado aprendiendo a escribir desde el alma
Y luego tu experiencia como profesora…esa mirada tuya tan tierna, tan dulce y tan sagaz… Precioso Mer, precioso…
Qué suerte tuve quedándome y viendo,…Qué regalo…
Un abrazo, compañera de fatigas
Inés
Inés, la verdad es que tenemos mucha suerte. El grupo es como un espejo multiplicador que si lo aprovechas te hace brillar ¿verdad? Estamos en muchos sitios diferentes pero se van acortando las distancias y creando un lugar de calorcito.
Así estamos tú y yo, enganchadas a esto 😉
Un fuerte abrazo,
Mer
Querida Mer: como me gusta leerte. Siempre aprendo y hoy nos has dejado frases soberbias, como esa de que la escritura nos descubre nuestro lugar en el mundo. Es cierto. Yo no sería quien soy sin ella, pero también es verdad que no es posible otro tipo de escritura cuando participas en alguno de los cursos de Escribir y Meditar.
Sois un gran equipo, querida amiga
Sole
Querida amiga Sole, sin palabras por tu inmenso apoyo y tu cercanía siempre.
Un fuerte abrazo,
Mer
Nos vemos en Las Vegas, me encanta 💋
A jugarrrrrrrr 😉
Querida Mer. Cuanto me alegro de tu andadura con Isa. Te lo mereces tanto! Eres inteligente, disciplinada y sé que serás capaz de todo lo que se te proponga. Me alegro por tí. Sabes que te quiero mucho y todo lo bueno que te pase es mérito tuyo.
Eres valiente y esa valentía te llevará muy lejos.Triunfarás y al lado de Isa porque te lo mereces y estas preparada para ello.
Yo quiero ser tu amiga siempre porque me has ayudado y me ayudas con tu modo de ser.
Y además escribes tan bonito!!!
Un besazo muy, muy gordo, querida Mer
Matilde, vamos a ser amigas para siempre porque llevamos juntas… mil años o así, ¿no? 😉 Es un gusto tener cerca tus ojos azules siempre riéndose y que ven todo lo bueno.
Gracias por tus palabras, Matilde.
Un abrazo bien apretao,
Mer
Merce.
Te he leído y pensaba » ya, pero yo no quiero abrir mis palabras y corazón a los demás, da miedo». Alguna vez he tenido un diario y lo han leído para la burla o para el cotilleo que me han dejado sin ganas de decir más. Pero lo último que describes es tan certero : al final a quien le sirve tu escritura es a ti como ser humano.
Gracias por ubicarnos, voy por una hoja y lápiz!.
Me gusta mucho que digas esto, Natalia. No somos tan fuertes para aguantar ciertas cosas y no tenemos por qué serlo. A veces estamos acostumbrado a que se pasen los límites y a soportar. En los grupos de Escribir y meditar, también pasan cosas, pero el cuidado de Isa es tan delicado, que todos aprendemos el buen trato.
Lo mejor, es que creo que una vez que sientes que perteneces a un entorno seguro, tienes más fuerza para parar a quién se salta los límites; o según en qué condiciones, te da igual. Cuando sabes la razón por la que escribes libremente, tienes la seguridad de que nada te va a desviar de ese camino que se va abriendo para ti.
Gracias por este comentario tan valioso,
Mer
Hola Mercedes,
Precioso relato Mercedes.
Me quedo con esta frase tuya para mí resume muy bien tu texto:
«Y eso es lo que creo que se lleva cada alumno: escribir desde el corazón es hacerse más humano a través de la escritura. Y compartirlo con los demás te convierte en escritor».
Escribir desde el corazón es tener la valentía de enseñar al resto del grupo tus penas, dolores, fisuras como muy bien dices, mostramos nuestras miserias desde lo más profundo de nuestro corazón y de nuestro ser sabiendo que quién leerá nuestros escritos nos aportará empatía y comprensión y jamás juicios o críticas.
Muchas gracias, Mercedes por tan bello texto.
Querida Marta, desde luego, es un viaje de valientes y lo sabes bien.
Muchas gracias por tus palabras.
Un abrazo,
Mer