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Decálogo de buenas intenciones narrativas

Decálogo de buenas intenciones narrativas

Doy las gracias a mi alumna Adela Iglesias, por sentar las bases para este decálogo con la síntesis que hizo de su aprendizaje en lo que llevamos de curso.

  1. Hasta que no tenga otros asideros narrativos fiables, no olvidaré incluir en mis relatos una temática, un protagonista, un conflicto y un cambio.
  2. No escribiré en abstracto: la memoria narrativa del lector funciona por impulsos emocionales y vivenciales, no por acumulación de datos o ideas.
  3. No atribuiré al lector el papel de «adivino» (no tiene por qué intuir mis intenciones más ocultas, y ni siquiera tiene por qué apreciar mi especial forma de sugerir las cosas) ni tampoco de «pardillo» (no hace falta explicarle las cosas como a un niño).
  4. Propiciaré que las ideas para mis relatos vengan ya de la mano de un entorno físico (más que mental) que sea propicio para la trama; es decir, con unas coordenadas válidas de lugar, tiempo y acción cuyo manejo me permita hacer llegar al lector lo que quiero transmitirle (la temática) sin tener que explicárselo.
  5. Me recordaré periódicamente que la temática ha de poder ser interpretada por el lector en cada punto de la historia (incluso en la primera línea) y no consiste, ni mucho menos, en una revelación final que le haga entenderlo todo de golpe. La revelación o explosión final proviene precisamente de todo un trabajo previo de descifrado e interpretación.
  6. Introduciré la descripción al hilo de la acción. En un relato breve no me puedo permitir detener la acción para ejercer la contemplación.
  7. Otorgaré al protagonista la responsabilidad sobre su propio conflicto, y no a otros personajes, a elementos externos o al propio lector.
  8. Tendré en cuenta que los lectores se han de identificar con el protagonista, pero también con el antagonista, así que este puede ser malo, pero si no se puede ver en él a un ser humano, no cumple bien su función, que al fin y al cabo es ejercer de contrapunto del protagonista.
  9. Para encontrar el sentido profundo de mi relato, me atendré a aquello que marca la diferencia entre el día (o el momento) en que se produce el cambio en el personaje y cualquiera de los otros anteriores o posteriores.
  10. Buscaré una razón narrativa para cada suceso que incluya en la historia, incluso si quiero hablar del azar. Lo que pretendo precisamente es simplificar la vida real para poder analizarla más en detalle y, quizá, si hay suerte, encontrarle un sentido, o como mínimo encontrarle un sinsentido congruente.

1 comentario en «Decálogo de buenas intenciones narrativas»

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