16 de noviembre de 2018
El camino de la huida
Hace poco, en el curso anual de escritura y meditación, una alumna me dijo, sorprendida, que ella creía que la meditación servía para «desapegarse» del mundo, pero que se estaba dando cuenta de que en realidad era todo lo contrario, que le estaba sirviendo para «conectarse» a él.
Eso me hizo reflexionar sobre cómo esa palabra, «desapego», solemos confundirla con «desconexión». O, por decirlo de otra forma, solemos usar el supuesto «desapego» para desvincularnos de las situaciones, para que no nos afecte la vida y, de ese modo, huir del sufrimiento.
Las personas que comienzan a meditar a menudo caen el error de desapegarse desconectándose de la realidad
Las personas que comienzan a meditar (y a veces las que llevamos mucho tiempo meditando también) caen a menudo en el error de practicar el desapego desconectándose de la realidad. John Wellwood (autor de un interesante libro titulado Psicología del despertar) habla, en una entrevista que le hizo Tina Fosella, de algo a lo que llama «bypass espiritual», y que define de la siguiente manera:
Bypass espiritual es una expresión que acuñé para describir un proceso que vi que ocurría en la comunidad budista en la que me hallaba, y también en mí mismo. Aunque la mayoría de nosotros intentaba sinceramente trabajar consigo mismo, noté una tendencia generalizada a usar las ideas y prácticas para soslayar o evitar cuestiones emocionales sin resolver, heridas psicológicas y tareas de desarrollo inconclusas.
[…]
Es peligroso intentar ir más allá de nuestras cuestiones psicológicas y emocionales a base de derivarlas o circunvalarlas. Establece una grieta agotadora entre el buda y el humano que llevamos dentro y conduce a una especie de espiritualidad conceptual, de una sola cara, en la que un lado de la vida se eleva a expensas de su contrario: se favorece la verdad absoluta frente a la verdad relativa, lo impersonal sobre lo personal, el vacío sobre la forma, la transcendencia sobre la encarnación y el desapego sobre el sentimiento. Por ejemplo, uno podría practicar el desapego al descartar la propia necesidad de amor, pero esto solo entierra la necesidad, de modo que a menudo uno actúa inconscientemente encubierto y posiblemente de forma perjudicial.
La práctica, enmendar el error
Este es un malentendido que solo se puede disolver de una forma: meditando. Y haciéndolo correctamente. Solo eso te lleva a darte cuenta de que la meditación nada tiene que ver con la desconexión, sino que te lleva a vincularte desde la no lucha con todos los fenómenos y las experiencias de la vida de un modo mucho más directo, intenso y honesto.
Las personas realizadas nunca huyen o se desvinculan de ninguna situación que se les presente en su camino; al contrario, abren su corazón y se entregan a ella. Ese es, de hecho, el camino. ¿Y qué es lo que se lo permite? El desapego ecuánime, el no aferrarse ni rechazar. Porque son el apego y el rechazo que sentimos ante lo que se presenta lo que nos lleva a huir de ello.
La meditación nada tiene que ver con la desconexión, sino que nos lleva a atravesar el sufrimiento con dulzura
Así que si practicas la meditación para fabricar un estado de calma mental que te saque de tus conflictos cotidianos, estás en un error. Afortunadamente, la propia técnica de la meditación te lleva, una y otra vez, a conectar con el soporte (por ejemplo, la respiración). De un modo, eso sí, desapegado. El soporte, en la vida cotidiana, es cualquier cosa a la que llevemos nuestra atención (una emoción, la taza de café que estamos bebiendo, nuestro hijo que llora, las ganas de llorar, el baile que nos echamos en la discoteca, nuestro jefe gruñón…).
Esto es una buena y una mala noticia: buena, porque no hemos de temer que la meditación nos arrebate nuestro «sentir»; mala, porque no nos va a permitir huir del sufrimiento, que es lo que pretendemos constantemente, sino que nos llevará a atravesarlo con dulzura.
4 comentarios en «EL DESAPEGO»
Qué interesante y que profundo artículo
Me encanta
Hola, Juani,
Muchas gracias por tus palabras. Me alegro de que te haya gustado el post :-).
Un abrazo,
Isa
Muy interesante el artículo sobre el desapego! Enhorabuena por el blog de meditación y gracias por hacerla más comprensible. Un saludo
Hola, Joan,
Muchas gracias por tus palabras. Es un placer para mí poder compartir estas reflexiones sobre algo tan escurridizo como la meditación 🙂
Un fuerte abrazo,
Isa