En literatura fabricar una vivencia en el lector supone una paradoja al usar la palabra para transcender la palabra, comunicar lo que está más allá del propio concepto.
Lo literario —lo artístico en general— no tiene tanto que ver con la comunicación entre un emisor (autor) y un receptor (lector) como con la transmisión.
Escribir no consiste en expresarse ni en hacerse entender, sino en fabricar una vivencia en el lector, un momento de conciencia abierta más allá del hábito lineal de pensamiento.
En el caso de la literatura esto supone una paradoja, ya que se usa la palabra para trascender la palabra, lo conceptual para alcanzar lo que está más allá de todo concepto. El avance en la comprensión profunda de esto (lo que vendría a suponer la superación de la paradoja misma) es lo que marca la distancia entre un aprendiz de escritor y un maestro.
1 comentario en «La paradoja literaria»
Sin comunicación, no hay obra de arte.