Soy Isa Cañelles, tu acompañante en este viaje al Polo Norte. Desde que recuerdo, me hallaba en una isla de hielo. De pequeña tenía la sensación de que no tenía derecho a vivir, y procuraba pasar inadvertida. Apenas hablaba. Creo que si no sucumbí a la locura fue gracias a la literatura. Ese mundo de fantasía me salvó y siempre le he sido fiel, a través de la lectura, la escritura y la enseñanza.
A lo largo de mi vida he pasado por muchas terapias, siempre preguntándome POR QUÉ.
Mis tres tablas de salvamento
Cuando encontré la meditación, descubrí que —aunque hubo circunstancias que me vinieron dadas— la infelicidad la experimentaba en mi mente, y mis condicionamientos internos influían en mi percepción de la realidad. Esto me abrió a una dimensión nueva y sanadora.
Por su parte, la escritura me permitió indagar en mis procesos sin pasarlos por el intelecto, en un ámbito vivencial que me hacía evolucionar a través de mis personajes.
Más adelante, realicé una formación en psicología contemplativa que me descubrió un montón de herramientas para relacionarme conmigo misma y los demás desde la apertura y la compasión. Además, en el entorno nutricio de esa formación grupal pude desarrollar mi sueño: unir en mi trabajo mis tres tablas de salvamento, que hasta entonces permanecían desperdigadas (la escritura, la meditación y el trabajo emocional).
Reconocer el miedo y la vergüenza
Aun así, no ha sido hasta hace pocos años cuando me he reconocido a mí misma el miedo y la vergüenza que yacían en el fondo de mi ser y cuando he podido abrir la puerta de la celda a la niña asustada y maltratada a la que había ignorado desde siempre.
Por eso SÉ DE LO QUE HABLO cuando te digo que se puede fundir ese hielo interior que en realidad no es más que compasión congelada. Sé que con este curso puedo ahorrarte años de indiferencia y evitación ante unos mecanismos que te hieren y congelan cada día un poquito más.
Así que no pierdas más tiempo y CONFÍA en tu llamada interior.