Lunes, 14 de enero de 2020
Se suele decir que los escritores se valen de la intuición y del talento para escribir. Que quien recurre a recursos técnicos carece de ese sexto sentido que todo escritor ha de tener. Se dice que la técnica es cosa de críticos casposos y frustrados que se devanan los sesos en lugar de disfrutar de la vida y del arte y de los maravillosos textos que a los grandes maestros les salen de la pluma como por arte de magia. Incluso algunos de esos maestros contribuyen a extender el mito. Como si se pudiera crear algo partiendo de la nada, como si teoría y práctica no nacieran del mismo manantial y corrieran a la par por los campos literarios.
El contacto con la fuente de origen: la huella del escritor
La buena literatura se basa en la absorción de la técnica y en el uso (creativo) de esos recursos mientras se escribe, a la vez que se está en contacto con la fuente de origen. Clic para tuitear
Que algunos escritores no sean conscientes del todo de su asimilación de los recursos que muchos antes que él usaron no quiere decir que uno nazca sabiendo. La buena literatura se basa en la absorción —mediante una lectura analítica— de la técnica y en el uso —ya intuitivo, es decir, creativo— de esos recursos mientras se escribe, a la vez que se está en contacto con la fuente de origen. Se puede decir, pues, que uno va absorbiendo la técnica y escribiendo intuitivamente sobre la base de esa absorción, y que después vuelve a aplicar la técnica para corregir los desvíos de la intuición. Y en ese proceso un buen escritor deja, eso sí, una marca personal que lo diferencia de cualquier otro y que a veces puede consistir precisamente en la ruptura deliberada de la técnica, mientras que un escritor simplemente correcto no imprime su huella, de la misma forma que cualquier persona es diferente de las demás, pero muchas no permiten que su idiosincrasia asome.
En el proceso de crear, un buen escritor deja una marca personal que lo diferencia de cualquier otro y que, a veces, puede consistir precisamente en la ruptura deliberada de la técnica. Clic para tuitear
Es decir, que la técnica no es otra cosa que los elementos formales que constituyen una buena narración y la teoría literaria, el análisis exhaustivo de estos. El escritor introduce —de una forma personal— esos elementos en sus narraciones, después de haberlos asimilado en la lectura de sus predecesores o mediante el estudio consciente; un teórico de la literatura los explica y les da nombre; y un crítico literario se vale de esos nombres para evaluar un texto.
La técnica no es otra cosa que los elementos formales que constituyen una buena narración y la teoría literaria, el análisis exhaustivo de estos. Clic para tuitear
De forma que la disociación entre técnica y talento es ficticia. La técnica sirve para sustentar el talento y su base teórica tiene en cuenta desde la extensión de los capítulos de una novela hasta en qué se basa la tensión narrativa, desde la focalización del narrador hasta los ejes de giro de la acción; desde los puntos de fricción entre forma y contenido hasta el funcionamiento del personaje. La mayoría de los recursos que un escritor maneja «como por arte de magia» están (de facto o virtualmente) contemplados por la técnica. Todo menos su idiosincrasia, es decir, la disposición de las notas en el pentagrama para componer una melodía única, que ya es mucho. Lo malo es cuando un escritor se olvida de lo que de verdad puede aportar por creer que está inventando el teléfono. Porque la realidad es que el teléfono se inventó hace siglos. Y las historias, más todavía.
6 comentarios en «Técnica y talento: recursos y creatividad del escritor»
Magnífico y descorazonador. Me explico: «Se puede decir, pues, que uno va absorbiendo la técnica y escribiendo intuitivamente sobre la base de esa absorción, y que después vuelve a aplicar la técnica para corregir los desvíos de la intuición. Y en ese proceso un buen escritor deja, eso sí, una marca personal que lo diferencia de cualquier otro y que a veces puede consistir precisamente en la ruptura deliberada de la técnica, mientras que un escritor simplemente correcto no imprime su huella…» ¡Ay!, Isa creo que acabas de sumirme en una crisis literaria, cuento contigo para ayudarme a salir, please 🙂
Un beso grande.
Hola, Marusela,
No entiendo por qué te parece descorazonador :-). Teniendo en cuenta, además, que tú como escritora dejas una clarísima huella personal 😉
Besos,
Isa
La técnica es el pincel que te permite sacar los colores que llevas dentro. Por muchos colores que albergues, sin pincel no podrás mostrarlos.
Muy bien dicho, Luisa María :-).
Gracias por tu aportación, y un abrazo,
Isa
Jajaja, no me cambies el nombre, Isa.
AbrazoteS
Luis María
:-DDDD Un lapsus lo tiene cualquiera… Sorry.