Las emociones en el cuerpo: si sé lo que siento, sé lo que quiero
Estamos acostumbrados a tragarnos las lágrimas, y si nos permitimos llorar o enfadarnos, enseguida alguien hace algo para que eso se acabe. O lo paramos solos, pensando que es inadecuado. Es difícil que los demás nos sostengan cuando expresamos emociones que no suelen gustar, incluso es difícil dejarnos sentirlas en soledad.